A 30 AÑOS DEL DÍA QUE NOS CORTARON LAS PIERNAS

Hace 30 años, el 24 de agosto de 1994, el tribunal de disciplina de la organización que maneja el fútbol mundial castigó al 10 de la Selección con una suspensión de 15 meses y 20.000 francos suizos de multa por el resultado positivo del control antidoping al que debió someterse después del partido que Argentina le ganó a Nigeria. 

Redacción Mamba Sport

agosto 24, 2024

Los hinchas argentinos todavía no habían terminado de superar la tristeza de la temprana eliminación de la Selección Argentina en el Mundial de 1994, donde Brasil se consagró campeón por penales después de una deslucida final sin goles contra Italia, cuando el 24 de agosto – un mes y una semana después de terminado el torneo – la FIFA anunció la sanción que su tribunal de disciplina decidió aplicarle a Diego Armando Maradona por el resultado positivo en el examen antidoping al que debió someterse después del partido de la primera ronda donde la Selección Argentina le ganó 2 a 1 a Nigeria: quince meses de suspensión nacional e internacional y una multa de 20.000 francos suizos.

Ese resultado positivo por rastros de efedrina en la orina – conocido el 30 de junio, cinco días después de aquel partido – no solo resultó en la separación obligada de Maradona del equipo, sino que también había significado un duro golpe anímico y futbolístico del que la selección albiceleste no pudo reponerse. El equipo dirigido por Alfio Basile había llegado a los Estados Unidos como candidato al título, pero después del “positivo” de Diego el sueño se desmoronó.

“No me drogué, me cortaron las piernas”, había dicho “el 10″ cuando supo el resultado del análisis y de inmediato se disparó una ola de versiones conspirativas que apuntaban tanto al presidente de la FIFA, el brasileño João Havelange, como al de la AFA, Julio Grondona. Motivos para creerlas parecían sobrar, porque Maradona venía molestando sobre todo al brasileño con más de una declaración fuerte contra él y el resto de las principales autoridades de la máxima organización del fútbol mundial.

Los rumores sobre un presunto complot contra el mejor jugador argentino también tenían matices políticos, porque no había caído bien en los Estados Unidos que en plena competencia Diego hiciera declaraciones expresando su simpatía por El “Che” Guevara, Fidel Castro y Cuba.

Además, cuando se hizo público el resultado del antidoping de Diego, el propio Havelange había tenido un gesto inequívoco hacia el país anfitrión de la copa. “Este país gasta miles de millones de dólares en combatir las drogas, cómo vamos a dejar pasar este caso”, se había apresurado a decir.

Tampoco ayudaba a clarificar las cosas que en el reglamento no figuraran, cuáles podían ser los castigos por doping y que el tribunal disciplinario de la FIFA se tomara más de un mes en decidir la sanción que le aplicaría a Diego. “Es llamativo lo elástico de las reglas de la FIFA: tenía cuáles eran las sustancias prohibidas, pero no especificaba la sanción, que podía ir de un partido a de por vida. Ahí es donde se juega la figura de Diego, la FIFA primero le vio la cara y luego tomó una determinación”, sostuvo más de una vez Alejandro Wall, coautor junto a Andrés Burgo de “El último Maradona: cuando a Diego le cortaron las piernas».

La Selección Argentina, sin Maradona, había entrado en el Mundial casi por la ventana, luego de quedar segundo en las eliminatorias tras una estrepitosa derrota por 5 a 0 contra Colombia en el estadio Monumental. Tuvo que jugarse la clasificación en un repechaje de dos partidos con Australia, para los cuales – escuchando el clamor popular – el director técnico Alfio Basile había convocado a Diego.

Para junio de 1994, esa angustia había quedado atrás y el seleccionado albiceleste comenzó el Mundial con dos victorias y mostrando un muy buen juego que lo posicionó entre los favoritos para el título. En el primer partido, venció de manera contundente a Grecia por 4 a 0 y uno de los goles fue obra de Diego, que lo festejó gritando frente a una cámara de televisión.

En el segundo partido, derrotó 2 a 1 a Nigeria con goles de Claudio Caniggia y prácticamente se aseguró la clasificación. “Diego llegó en perfecto estado físico al Mundial. Se lo vio muy bien en el triunfo 4 a 0 ante Grecia, y el 25 de junio contra Nigeria en el Foxboro Stadium de Boston, corrió como pocas veces en su carrera”, recordó el periodista Hugo Lencina, que cubría el Mundial.

Pero esa tarde, después del partido, el sueño comenzó a convertirse en pesadilla. Ninguno de los argentinos que vieron ese partido olvidará la imagen de Maradona saliendo del campo de juego de la mano de una enfermera para someterse al control antidoping. “Hay una historia detrás de la enfermera que retiró a Maradona. Esa señora, llamada Su Carpenter, no era enfermera sino empleada circunstancial de la organización y aquel día se vistió de blanco, como enfermera. Durante el partido ella estuvo junto al doctor Oscar Peidró, miembro del cuerpo médico de AFA. Se pusieron a conversar en la boca del túnel y ella le dijo que su exmarido era argentino. Cuando a falta de pocos minutos avisaron que Vázquez y Maradona habían sido sorteados para el control antidoping, Peidró le propuso a la señora que fuera a buscar a Diego así su marido la reconocería por televisión”, contó Lencina.

La muestra de Maradona viajó de Boston a California, identificada con un número de código, donde fue examinada y dio positivo de pseudoefedrina, un producto de venta libre en los Estados Unidos pero que figuraba entre las sustancias prohibidas por la FIFA. Lencina siguió muy de cerca todo el proceso y relató después que la Argentina estuvo a un paso de perder los puntos que había ganado en la cancha contra Nigeria y de ser excluida por decreto del Mundial ‘98.»Fue Joseph Blatter, en esos días secretario general de FIFA, quien le avisó a Julio Grondona del positivo de Maradona. Después se comunica João Havelange y la situación se tensó. El presidente FIFA le dijo a Grondona que Maradona sería suspendido, Argentina perdería el partido ante Nigeria y la AFA quedaría excluida del próximo mundial. Havelange puso como ejemplo la suspensión del velocista canadiense Ben Johnson en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. Grondona se paró de manos a Havelange y luego de una agria discusión ambos llegaron a un acuerdo: sancionar a Diego Maradona y retirarlo de la concentración”, reconstruyó.

Sin Maradona y con el plantel muy golpeado en lo anímico, la selección perdió el último partido de la fase de grupos por 2 a 0 contra Bulgaria y se clasificó arañando, como uno de los mejores terceros, a los cuartos de final, donde finalmente quedó fuera de la Copa al perder 3 a 2 contra Rumania.