Corto, pero intenso. Casi gigante. Cuando la pelota le llega al diez, la sensación es que algo tiene que pasar. Eric Castro jugó en las inferiores de Ameghino antes de su irrupción en Jorge Newbery y se siente “agradecido” de poder devolverle al Tricolor, una parte de ese proceso que lo formó como jugador.
“Acá jugué prenovena, novena y octava. Un día jugué contra Newbery y como soy hincha de ese club desde chico grité «Aguante Newbery». Ahí Cristian Vera y “Chiquito” Lucas Pastine me escucharon y me invitaron al entrenamiento del lunes. Fui de caradura y se me dió. Ahí terminé de formarme y es el club al cual le estoy agradecido de por vida porque pasé lindos momentos y es donde más me siento identificado”.
Eric se siente “del barrio”. Vivó en Sismográfica aunque ahora se radicó en Castelli junto a su pareja Candela. Dice ser parte de una “gran familia” con tres hermanas y dos hermanos, una lluvia de sobrinos y padres presentes a pesar de haberse separado hace décadas. A los veintisiete años, nacido en Navidad (25/12/1996) y con la pelota metida en la piel, “Corto” vive el futbol sin complejos, con la fuerza de la pasión.
“Ser campeón con Ameghino significa mucho para mí y para la institución. Igual esto recién es el comienzo porque el club debe seguir creciendo y volver a ser lo que fue años anteriores”. Asume haber cumplido con el primer objetivo en su vuelta al CAFA en un torneo que se hizo interminable, con un algo nivel de exigencia, canchas y arbitrajes bravos.
“El torneo no terminaba más y los equipos cambiaron. En la segunda ronda todos nos jugaban como si fuera una final; se nos plantaban en mitad de cancha esperando algún contragolpe y por eso nos costó un poco. Talleres venía de una campaña regular y nos jugaron para que no demos la vuelta y porque era un clásico. En éstos partidos, no importa la estrategia, ni la táctica; se juegan de manera diferente”.
Para Castro, Ameghino mantuvo la actitud de líder, sabiendo que el campeonato no podía escaparse. “Fuímos justos ganadores y siempre nos mantuvimos en primer lugar desde la fecha uno y hasta el final, sacando una diferencia a los escoltas”.
“El equipo mantuvo una idea de juego, triangulando en la mitad de la cancha para lastimar al rival”, propone en una descripción de las virtudes que tuvo el campeón. Humildad para entrenar, solidaridad y esfuerzo no negociable fueron las claves de un equipo con más voluntad que nombres propios.
“El cuerpo técnico nos transmitió eso, la necesidad de hacer sacrificios porque hoy con los nombres no se juega más. Humildad; dedicación y el sacrificio por el compañero. Sin eso, nada es posible”.
Goleador y figura repetida en cada tarde de ascenso, Eric Castro explotó al máximo la libertad para jugar en una zona creativa en donde casi siempre, desequilibró. “Destaco que ellos (el cuerpo técnico) se dieron cuenta que debía ser más creador, jugando atrás del 9 y no por banda donde siempre solía hacerlo. Siento que eso es lo que más pude aportarle al equipo”.
Objetivo Federal
Con la misma sorpresa que el fútbol de entrecasa tomó la inscripción de Ameghino para jugar el Federal Amateur, también le pone el pecho a lo que viene. “Nos cayó de sorpresa pero trabajaremos y nos vamos a preparar de la mejor manera en éste poco tiempo que nos queda. Uno siempre tiene ganas de jugar esta clase de torneos. Y personalmente no sé si estoy preparado para jugar ésta clase de torneo que demanda mucho tiempo de preparación, física y mental. Voy a redoblar esfuerzos para jugar ya que es un torneo que conozco y siempre reclama tener un plus extra”.
