Por la tarde del domingo, Germinal de Trelew recibió en El Fortín a Guillermo Brown de Puerto Madryn por la segunda fecha de la Reválida del Federal A, en la lucha por no descender. Fue un partido con pocas emociones y pocas chances claras.
Sobre el final del partido, el árbitro Marcelo Sanz cobró un controvertido penal a favor del local, lo que generó la acalorada queja de los jugadores visitantes. Tras un saque de arco en largo, la pelota le quedó a un recién ingresado Joaquín Parra, quien definió por encima del arquero, pero la pelota fue despejada antes de que ingrese al arco. Sanz señaló la pena máxima por un supuesto agarrón al atacante local. El mismo se hizo cargo de la ejecución y convirtió el único tanto del partido tras el rebote dado por el arquero, que había atajado en primera instancia.
Luego de está controversia, el partido terminó 1-0, un resultado clave para Germinal en su lucha por no descender. Brown, por su parte, sigue en puestos de clasificación a la segunda etapa.
Sin embargo, ahí no termina la polémica. Cuando los equipos se retiraron a los vestuarios, el conjunto madrynense habría destruido el vestuario visitante. La dirigencia del equipo trelewense denunció la rotura de una camilla y una ducha, además de la destrucción de un inodoro.



