Batistuta, Distéfano, Cruyff, Cristiano Ronaldo, Platini, Verón, Guillermo Vilas, Reutemann, Bielsa y tantos mas; no han sido Campeones Mundiales. Pero para gran parte del nuevo periodismo argento y su influencia en los aficionados, son esos antes nombrados unos fracasados. Y las nuevas generaciones lo repiten como si eso sea la verdad suprema.
La idea errónea-pero aceptada-de analizar a partir del resultado nos condena a vivir esta realidad.
Los sociólogos estudian el comportamiento de las distintas organizaciones que se denominan paises y que han elegido vivir en comunidad. Es interesante que cuando se habla de Argentina aparece como resultante de esos análisis una frase interesante «Los argentinos no quieren justicia, quieren injusticias a favor».
Si eso lo ponemos en contexto deportivo podemos coincidir que es asi. De festejar un gol ilícito, de aplaudir la idea de darle un vomitivo al rival, de insultar al que detiene el juego para que atiendan a un colega de otro equipo y de tantos ejemplos como esos, hay que detenerse y analizar por que tenemos tolerancia ante esos hechos nada honestos.
«Todo tiene que ver con todo» dicen. Desde el niño que se copia en un examen y es felicitado por su entorno al adulto que pasa un semáforo en rojo, pasando por el que se adelanta en la fila del cine o el que entra adrede sin abonar la entrada a lo que sea; nos muestra como somos. Mucho ha colaborado en formar el «gen argentino» aquella frase que se ha repetido maliciosamente hasta hacerla ley «El segundo es un fracasado».
Vale detenerse en reflexiones de deportistas que podrían servir para, a partir del análisis comenzar a modificar esta dolorosa realidad y volver a izar las banderas de la honestidad.
«Manu» Ginóbili no se cansa de condenar «la cultura del aguante» y dispara «Nunca me gustó la cultura del aguante. Incluso me ha fastidiado. Yo quiero jugar bien, planear algo y llevarlo a cabo. Pero si no me alcanza, no quiero ganar con chicanas o llevándome puesto al rival, prefiero perder y felicitarlo«, aseguró en tiempos en los que el fútbol hace gala de una filosofía contraria. y va mas allá «Si pierdo voy a felicitar al rival, pero mañana llego a entrenar dos horas antes».
Marcelo Bielsa-criticado por los que solo se enfocan en el resultado final-dice que «No permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando ganás, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso deforma tanto. Y cuando perdés sucede todo lo contrario, hay una tendencia morbosa a desprestigiarte, a ofenderte, sólo porque perdiste. En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados, eso sí es lo importante; lo importante es el tránsito, la dignidad con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo. Lo otro es cuento para vendernos una realidad que no es tal»
«Cachito» Vigil el ex entrenador de Las Leonas no duda “Lo grandioso es que hay un triunfo más grande que el triunfo. En un momento dejamos de obtener medallas. EI innovar para conseguir resultados produce un best seller, innovar para conseguir bienestar y plenitud, produce un long seller en la sociedad. No es fácil, querer no es poder. Ganar es ser capaz de no perderte cuando perdés, y tampoco cuando ganás.»
Otra reflexión interesante le pertenece al libre pensador Jorge Valdano, hoy conferencista ante los grandes ejecutivos del mundo que deben tomar decisiones con sus colaboradores «Sencillamente que no se trata de triunfar todos los días, sino de ser resistente a las frustraciones. Los grandes campeones lo son porque se rebelan ante la derrota, no porque ganen siempre. Esto también es una cosa de ganar y de perder y de gran presión ambiental, y de enormes tensiones competitivas, y de grandes altibajos emocionales. Siempre digo que un directivo que está en el mundo del fútbol tiene que tener las condiciones del acompañante, del side car, que cuando toma la curva para un lado uno tiene que llevar el cuerpo para el otro para tratar de compensarlo. Cuando hay éxito hay que tratar de que los jugadores no salgan de la realidad, cuando hay fracasos que no terminen abatidos y pierdan confianza. En fin, hay que estar permanentemente en busca del famoso equilibrio.»
En la actualidad, existen muchos intereses en torno al deporte, los clubes, los entrenadores, los sponsors, la familia, la reputación y la ambición de ir siempre por más; promoviéndose resultados rápidos, retribuciones económicas y motivaciones externas como la fama y el reconocimiento. Ganar se ha convertido en el único objetivo posible, donde se ha hecho un culto al individualismo. Hay poco tiempo y escaso lugar para indagar sobre la persona detrás del deportista.
El trabajo con y desde los valores ha sido postergado, desplazado; no es tenido en cuenta por parte de los formadores de deportistas.
Para poder disfrutar el juego que sea, es necesario que se vuelva a tener conciencia que en los deportes ultra amateurs (la mayoría de los que se practican en Comodoro Rivadavia) y en los semiprofesionales, la exigencia debe ser la correcta.
TODOS SOMOS PRODUCTOS DE LA COMPETENCIA
Los jugadores, técnicos, árbitros, periodistas, dirigentes, «sponsors», hinchas, politicos de turno; somos el resultado del nivel de la actividad.
Si no aceptamos que hay un virus de trampa y mediocridad que nos va haciendo mal cada dia que pasa, no vamos a intentar solucionarlo.
Nicolás Casalanguida, el dt comodorense que se formó en nuestra ciudad hoy integra el cuerpo técnico de la Selección Nacional de Basquet, campeón en distintos paises y con destino europeo en breve, dejó interesantes declaraciones con respecto al resultado y mas cuando no se gana.
Vale detenerse a escuchar.
Piero cantante popular argentino en una de sus canciones, la que habla de las inundaciones y lo que sufre el mas vulnerable, deja una frase que aplica al hoy comodorense «Cuando nos juntamos para arreglarlo?»