General Saavedra le puso un freno al arranque vertiginoso de Jorge Newbery. Volvió a mostrarse como el campeón y terminó marcándole, algunos aspectos hasta ahora no contemplados al equipo de Ruggero. Y el Parque lo resolvió con mérito propio, mucha entrega física para ocupar todos los espacios y con un quiebre que terminó llegando en el momento justo: dos goles en seis minutos apenas regresó del vestuario en el entretiempo.
“Se enfrentaron dos realidades muy distintas. Un equipo como Newbery que está claramente armado para salir campeón, y nosotros, que venimos reconstruyendo el plantel casi desde cero, después de perder al 70 por ciento del equipo campeón”, señaló Oscar Manuel Marchant, autor del primer gol y referente en cuanto a experiencia.
“Lo más valioso fue haber dado vuelta el resultado. Lo hicimos con sacrificio, inteligencia y una intensidad que marca el camino a seguir”. Y resaltó el mensaje positivo que dejó el vestuario en el entretiempo ante el “Lobo”.
“Sabíamos que no estábamos mal. El gol de ellos llega a los 46 del primer tiempo, y eso habla de que estábamos firmes. Salimos convencidos de que podíamos darlo vuelta, y esa actitud fue clave”.
“Newbery -dijo Marchant- es un gran equipo, con muchos refuerzos y una obligación de ser campeón. Pero también hay que darle tiempo al cuerpo técnico. Quizá no encontraron sus circuitos habituales, y eso fue mérito nuestro porque supimos contrarrestarlos bien”.
Consciente de su rol en el “nuevo” Saavedra, el jugador oriundo de Pico Truncado cerró con un mensaje de liderazgo: “Somos la cara visible del proyecto, y ver que los chicos interpretan lo que propone el cuerpo técnico, nos llena de orgullo. Si seguimos así, todo va a ser muy distinto”.
Foto: Lucas Pacheco