Dario Boccia fué dejado sin trabajo cuando era dt de GyE de Comodoro Rivadavia por no convocar al hijo de un dirigente del club a la selección de Chubut donde el entrenador era el responsable del equipo provincial. Boccia, uno de los tipos mas respetados del ambiente, hoy es entrenador de Comisión de Actividades Infantiles.
En Mar del Plata se vive algo idéntico. «Tulo» Rivero dt Campeón con Peñarol en su momento, fué despedido «por no darle minutos al hijo del Presidente del club» según lo que dice Rivero en el Diario La Capital de MdP.
El entrenador saliente nada se guardó sobre los motivos de su despido. Ā«El presidente estaba disconforme con los minutos que tenĆa su hijoĀ», aseguró. Y amplió: Ā«TenĆamos dos fichas menos. Casualmente, las dos en el perĆmetro, en la posición que cubre el chicoĀ». El Ćŗltimo DT campeón con PeƱarol en Liga Nacional reveló que no tenĆa diĆ”logo con el mandamĆ”s desde antes del arranque del torneo.
Fernando āTuloā Rivero, el Ćŗltimo DT campeón con PeƱarol en la Liga Nacional en 2014, despuĆ©s de su despido en Unión, dio sus razones sobre el imprevisto final de su vĆnculo con el club de la calle 9 de Julio. Y no hizo mĆ”s que confirmar sus desacuerdos con el presidente Leonardo Cordeiro.
āEstĆ”bamos cumpliendo los dos objetivos que nos habĆamos planteado con los dirigentes antes de comenzar la temporada. Pero el presidente estaba disconforme con los minutos que jugaba su hijo. Mi opinión es que yo no continuo por ese motivoā, le aseguró a LA CAPITAL en la noche del domingo.
āEstoy enojado, pero es parte de la profesión, viene en el paquete, no es la primera ni serĆ” la Ćŗltimaā, comentó con resignación.
āLa verdad -manifestó- es que estoy sorprendido. Todos hablaban bien de la primera parte del equipo. No sólo los medios marplatenses, tambiĆ©n los nacionales. La opinión del periodismo especializado de la categorĆa era que habĆamos armado un lĆo bĆ”rbaro en nuestra zona con los tres triunfos seguidos. Y estuvimos a un partido de ser segundosā.
āCuando llegamos los dirigentes me plantearon dos cosas. La primera era establecerse en la categorĆa y lo hicimos. La segunda era que jueguen los chicos del club. Mika Montoya casi no lo habĆa hecho en la temporada anterior y llevaba trece minutos de promedio por partido. Riat no habĆa jugado nada y entró varias veces. Titarelli tuvo un ingreso y Cordeiro ya llevaba mĆ”s minutos en diecisiete partidos que en todo el torneo anterior. EstĆ”bamos cumpliendo los dos objetivos que nos habĆamos planteado con los dirigentes antes de comenzar la temporada. Pero el presidente estaba disconforme con los minutos que jugaba su hijo. Mi opinión es que yo no continuo por ese motivoā, analizó el DT nacido en La Plata.
āLa historia comenzó en el Ćŗnico amistoso que hicimos antes de empezar el certamen. Fue con Kimberley, dĆa de semana, a las once de la maƱana. Ese dĆa recuerdo que le pedĆ a āJuaniā Varas que vaya de suplente y, con la historia que tiene en el club, no tuvo problemas. Lo puse a Riat de inicial y despuĆ©s entró, jugó varios minutos y fue goleador Mika Montoya. Cordeiro se indignó por las dos cosas y desde ese dĆa ya nada fue normalā, recordó el āTuloā.
āCon el presidente notĆ© un distanciamiento desde ese dĆa y pronto se acabó el diĆ”logo. LleguĆ© a pedirle a Rodrigo Otamendi y NicolĆ”s LaurĆa que organizarĆ”n una reunión en la que estuvieran ellos, el presidente y yo para normalizar la situación. Pero nunca se pudo armarā, agregó.
āLa convivencia en el primer viaje fue mĆ”s o menos normal. En el segundo, el de Viedma y BahĆa Blanca, hubo lĆo. Cordeiro se quiso volver con el hijo a Mar del Plata porque los juveniles habĆan perdido un partido de play-off con Quilmes en el torneo local y pretendió llevĆ”rselo para jugar el segundo chico. Les dije a Rodrigo y a Nico que lo arreglaran como mejor les parezca y se quedó a regaƱadientesā, amplió.
El de los refuerzos fue otro punto de conflicto. Rivero varias veces insistió con la necesidad de sumar un jugador en el perĆmetro. āVarias veces pedĆ refuerzos. A principios de temporada me dijeron que dejaban una ficha libre por una cuestión presupuestaria y lo aceptĆ©. Pero tenĆamos dos menos. Casualmente, las dos en el perĆmetro, en la posición que cubre el chico Cordeiro. De movida, no lo vĆ y ahora sĆ. El equipo estaba desbalanceado: muchos internos y pocos perimetrales. Y encima se nos lesionó Risso antes del cuadrangularā, disparó el DT.
āDespuĆ©s del cuadrangular, sin consultarme, el presidente resolvió adelantarle a Duncan el regreso a su paĆs cuando todo el plantel siguió entrenando una semana mĆ”s. El Ćŗltimo viernes tuve una reunión con el staff para coordinar el trabajo y despuĆ©s lo fui a ver a Rodrigo Otamendi para charlar sobre si se renovaba el vĆnculo con Jerónimo Barrionuevo, que vencĆa en diciembre, y sobre el regreso de Riat desde Rosario. Ćl ahĆ me comunicó que el presidente me querĆa echar. Le dije que el domingo me iba a presentar a las 19 al primer entrenamiento y que decidieran como mejor les pareciera. AhĆ Rodrigo le comunicó la decisión al plantel y yo me despedĆ. Cordeiro ni aparecióā, finalizó el entrenador su historia sobre el imprevisto cierre de su ciclo en Unión.