El PontĆfice no solo no ocultó su pasión por el deporte rey sino que le dedicó un espacio propio en el mismĆsimo Vaticano. ĀæCuĆ”l serĆ” el destino de estas reliquias tras su muerte?
El PontĆfice no solo no ocultó su pasión por el deporte rey sino que le dedicó un espacio propio en el mismĆsimo Vaticano. ĀæCuĆ”l serĆ” el destino de estas reliquias tras su muerte?