La sonrisa blanca lo acompaña donde quiera que vaya. En Senegal, en Patagonia o en China. “Bamba” no tiene reveses, ni pálidas. Le pone la misma energía a su trabajo como vendedor ambulante en la peatonal de Quilmes, donde reside, a cada una de sus peleas donde noquea y suma seguidores.
Cada vez que sube al ring, sus “paisanos” llenan el espacio de tambores, de cantos pegadizos y de múltiples colores. Ahí aparece el espíritu del guerrero, del boxeador con estilo explosivo que busca eliminar, rápido y furioso, ya sin sonrisas a quien se le ponga enfrente.
Con la misma picardía pero en silencio, humilde total Touba Niang llegó a Trelew con un solo propósito: entrenar y mejorar integralmente junto al ex doble campeón del mundo, Omar Andrés Narváes y el preparador físico, Ruperto Ruíz.

“Voy a ser campeón del mundo, es solamente una cuestión de tiempo”, dice sin vacilar el boxeador africano que eligió a Chubut para entrenar y prepararse para volver a combatir el próximo 15 de noviembre en una mega cartelera prevista en el Casino Buenos Aires. Dice disfrutar de la “tranquilidad” que le inspira la Patagonia y confía en preparar la máquina para lo que vendrá. “Sé que Peto es el número uno del país en lo físico y que Omar es un campeón, viendo a su hijo Junior, uno comprueba que también enseña bien. Hoy fue mi primer día pero me gustó y espero volver mucho mejor en mi próxima pelea”. El africano marcha invicto como profesional con 6 nocauts rápidos en sus 8 triunfos.“Yo voy por todo y no pienso regalar nada. Hay que estar bien en todos los sentidos”, reconoció.
“No me gustó mi última pelea y eso no me volverá a pasar por nada del mundo. Sentí que no estaba al cien y siento que la gente espera mucho de mí y es lo que verán siempre, nunca menos. Quiero pelear con los mejores; hacer diez peleas éste año y ya llevo ocho. En el 2026 aspiro ir afuera para buscar algo importante”.
Flojito de papeles. Llegó al país cuando tenía solamente 15 años cruzando el mar y pasando por numerosas escalas “obligadas”. Aprendió el español cuando ya vendía en la calle y se enamoró del boxeo desde siempre. Ahora se siente argentino, uno más entre la multitud aunque no lo sea. Hincha de Boca y ya, un boxeador famoso y popular.

Touba Niang es un agradecido del cariño del público; de la fidelidad de sus seguidores y de quienes comparten su ilusión en el gimnasio. “Me quieren mucho y me acompañan. Soy un agradecido de Argentina y su gente, lo digo siempre en mis peleas. No me puedo quejar de nada y me siento como si estuviera en Senegal”.
“Mi sueño –afirmó- es ser campeón del mundo y sé que lo voy a hacer. Es solamente una cuestión de tiempo. En el 2026, anoten bien, seré campeón porque haré todo lo que hay que hacer para que eso se dé”.









